Ante la gravedad de situaciones que involucra la dependencia al alcohol, puede ser que sea necesario tener que recurrir a un tratamiento de alcoholismo idóneo que puede ofrecer un profesional de la salud o un centro de desintoxicación. Especialmente, cuando el paciente requiere de un particular tratamiento de alcoholismo. A su vez, pueda ayudarle a mejorar otros aspectos o ámbitos de su vida que decayeron como consecuencia a la adicción.
Cuando se trata del abuso de la sustancia, algunos procesos en el organismo se ven afectados. E incluso, puede alcanzar consecuencias mayores en la salud y en especial, en la salud mental. Ya que, un paciente adicto al alcohol puede que sufra por trastornos psicológicos, como la depresión.
Mucho se escucha hablar sobre personas que se ven afectadas en casi cualquier aspecto de su vida a consecuencia de un consumo descontrolado de bebidas alcohólicas. Pero, para indagar más en ello, es fundamental conocer en qué consiste el alcoholismo y por qué afecta tanto a las personas que lo padecen.
¿Qué es el alcoholismo?
El alcoholismo es el problema para controlar el consumo de la bebida que termina derivando en un gran causante de problemas, sobre todo al nivel de la salud. Un individuo que padezca este trastorno se verá en la necesidad de tener un mayor consumo para alcanzar un mismo efecto. Lo que normalmente se considera como un atracón de alcohol. La persona en ese nivel, puede ingerir hasta más de cinco bebidas alcohólicas en menos de dos horas, poniendo en riesgo la salud y seguridad de su ser.
Cuando un ser se siente incapaz de poder regular su consumo de alcohol, es el mayor indicador de considerar un tratamiento de alcoholismo en un centro de desintoxicación. Los síntomas más evidentes, además de no regular el consumo, es la insuficiencia para cumplir con obligaciones cotidianas en ámbitos familiares, laborales, sociales y demás.
Al igual que, los síntomas de abstinencia (náuseas, temblores y sudoración), el desarrollo a la tolerancia de las bebidas y el aislamiento social que conlleva un mayor disfrute en la ingesta de dichas sustancias. Cuestión que también produce un abandono del estado físico en la persona. Pues, dentro de la enfermedad no hay mejor actividad que beber hasta alcanzar los efectos del alcohol.
Un alcoholismo agudo, donde la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo se eleva, conduce a cambios mentales tras los problemas de comportamiento. Cuando se llega a un nivel extremadamente elevado de alcohol en la sangre, la persona puede estar en riesgo de daño cerebral permanente, estado de coma o la misma muerte.
Es por eso que también un buen tratamiento de alcoholismo es necesario para evitar las grandes consecuencias al organismo, como las enfermedades por alcoholismo. Quizá la vida pueda perderse no solo por el deterioro de la salud, sino por el peligro que supone un comportamiento bajo influencias del alcohol.
El alcoholismo y su cercana relación con la depresión
Una persona con trastornos de consumo puede tomar decisiones erróneas que supongan un comportamiento perjudicial para su entorno y para sí mismo. El individuo puede causar un accidente de tránsito, adquirir problemas de consumo de sustancias distintas al alcohol. Así como puede suponer riesgo de suicidio si está en un cuadro depresivo y ha recaído anteriormente a algún tratamiento de alcoholismo.
La depresión y el alcoholismo son dos cosas que pueden percibirse como factores aislados uno del otro. En realidad, alcohol y depresión tienen una estrecha relación. La depresión puede conllevar al refugio en el consumo recurrente de la bebida alcohólica para una sensación de “bienestar”.
No obstante, la misma adicción que tiene una persona alcohólica puede resultar como desencadenante a trastornos psicológicos. Lo que en otras palabras pudiera decirse que, ante la adicción al alcohol, el individuo puede estar más vulnerable a un cuadro depresivo.
Alguien que recurre a la bebida como refugio de un estado depresivo, puede obtener como resultado un trastorno psicológico más intenso. Por ende, será fundamental primeramente un tratamiento del alcoholismo y luego, de la depresión, para que pueda superar ambas problemáticas.
Sí es cierto que la adicción es una compleja condición, pero eso no significa que cualquiera que esté deprimido se volverá alcohólico. A pesar de lo mencionado, tampoco niega el hecho de que la depresión y otros trastornos mentales son factores de riesgo al alcoholismo. Un centro de desintoxicación pude ofrecer la ayuda necesaria para el tratamiento al alcoholismo. Al igual que a la depresión, por lo que resulta importante escoger un sitio adecuado para el fin.
¿Dónde conseguir un idóneo tratamiento de alcoholismo?
La ayuda de médicos, como la de un centro de desintoxicación, pueden ofrecer el tratamiento de alcoholismo que el paciente requiera tras las evaluaciones que sean solicitadas por los profesionales. A partir de esas evaluaciones, se recomendará el tratamiento para el alcoholismo.
Los médicos pueden sugerir centros de desintoxicación acordes con el paciente, aunque la mayoría de ellos ofrecen una rehabilitación en psiquiatría, psicología y medicina general.
Existe un factor sumamente importante en la recuperación de un paciente en pleno tratamiento de alcoholismo y es la voluntad, aunque sea algo fácil de imaginar, esta enfermedad hace creer que sin bebida, no se puede vivir. Arrollando de esa manera cualquier voluntad y eso puede generar fuertes recaídas ante el tratamiento.
Por ende, todo paciente sometido por voluntad propia o de terceros, a un tratamiento de alcoholismo necesita un centro de desintoxicación que garantice una mejora quizá lenta, pero firme con la ayuda de sus profesionales.