Piercing infectado: ¿Qué puedo hacer para solucionarlo?

La idea de hacernos un piercing siempre es divertida, la experiencia de darle un nuevo aspecto a tu look diario es emocionante. Además de que, con tantas variedades de piercings, podemos escoger el que más atractivo nos resulte y en la zona que queramos. Sin embargo, siempre está la posibilidad de que esto se nos puede infectar, si no mantenemos un cuidado adecuado, como nos lo pueden indicar el profesional, puede conllevar a una infección.

Las infecciones suelen resultar bastante molestas, pero más allá de eso, dolorosas si su gravedad aumenta. Es por ello que ante cualquier señal de que la herida por el piercing está infectada, debemos actuar para que esto no se complique y tampoco nos veamos afectados en gravedad.

Asimismo, comentaremos en esta entrada qué puedes hacer en caso de que tu piercing esté infectado, además de cómo prevenir las infecciones. Recordemos que nuestra piel es de los órganos más importantes, cuyo cuidado debe frecuentarse para que podamos mantener un bienestar pleno.

¿Cómo puedo identificar la infección?

Saber si el piercing está o no infectado, no es cuestión que requiera de una investigación profunda, pues los síntomas pueden resultar bastante evidentes a señalizar una posible presencia de hongos, bacterias o virus. A continuación, destacamos las señales más claras de una posible infección en la piel donde tienes la perforación.

Inflamación permanente y enrojecimiento

Cuando hay una perforación justa acabada de hacer, es normal que el color de la piel sea algo rojizo debido al maltrato. Lo que ya no se considera normal es que ese enrojecimiento se mantenga por mucho tiempo y que presente otros síntomas, como la inflamación de la piel.

Presencia de pus en la perforación

Si la herida donde tienes el piercing está infectada, se manifestará con pus. El pus es de dos tipos: el primero es el que es de color blanco, significa que la infección es muy leve y debe mantenerse la limpieza habitual. El segundo, es de color ver o amarillo que puede acompañarse con un olor poco agradable. En este último caso significa que la infección es mucho más grave y deberías consultar con un médico que recete el tratamiento debido.

Dolor

Un factor determinante para saber si hay una infección es el grado de dolor que sientes en la zona de la perforación. Recuerda que, mientras el piercing esté recién puesto, es normal que sientas algo de dolor, molestia e incluso picazón. Así que, lo mejor es evitar tocar el área del piercing, solo para limpiarlo. Después de unos días, si la zona aún te produce dolor y encima, tienes señales de los factores ya mencionados, es posible que se trate de infección.

Calor en la piel

Algunas personas confirman la presencia de infección en el piercing cuando, al tocar la zona, se siente calor en la misma. Considera que el caso comienza a resultar más grave cuando, además de todas las señales mencionadas, el cuerpo también comienza a manifestar náuseas y escalofríos. Es posible que la infección sea del piercing o se radique en otra parte del organismo, consulta al médico de inmediato para identificar la razón infecciosa y además, iniciar un tratamiento adecuado al caso.

¿Cuándo debo actuar?

En muchos casos, hay personas que no saben qué hacer o cómo determinar si se trata de una leve infección. O que, en caso contrario, necesita con urgencia una atención médica. Muchos de estos se conforman con esperar a que el cuerpo sea lo suficientemente eficaz en combatir por sí solo la infección.

De primera entrada te recomendamos que no lo hagas, no dejes que la infección permanezca por sí sola sin algún tipo de tratamiento. De hacerlo, el cuerpo puede sufrir una lesión más severa y lo ideal es evitarlo a toda costa. Si tienes un piercing recién hecho, en cualquier parte del cuerpo, debes seguir las instrucciones de cuidados sobre la herida a consecuencia del piercing. Estas mismas te las da la persona que hizo la perforación, por ello depende de que sea en un lugar seguro y en las manos de un profesional del área.

El momento adecuado para actuar sobre la infección es preciso cuando te das cuenta de los síntomas. Bien sea que se trate de algo leve, no hay que dejarlo pasar.

¿Por qué se producen las infecciones de piercings?

Con frecuencia, una infección ocurre por dos motivos principales. El primero es, que quizá al sitio donde te realizaron la perforación, no esterilizó de manera correcta la zona, el piercing, los instrumentos y demás.

Es decir, no cumplió con los cuidados y protocolos necesarios de sanidad para evitar la infección. La segunda razón frecuente es debido al mal cuidado de la piel tras la perforación. Tocar repetidamente el piercing y la zona perforada, puede exponer al organismo a bacterias, ya que la herida aún está nueva y abierta.

¿Qué hago si mi piercing está infectado?

En caso de que la infección la detectas a tiempo, debes comenzar de una vez a tratarlas. Algunos médicos pueden recomendar que regreses al sitio donde te hicieron la perforación para que evalúen su estado. En caso de que notes fuertes síntomas y apenas toleres tocar la zona o el dolor, es mejor que entonces te veas con un servicio médico.

  • Lo primero será desinfectar muy bien tus manos antes de manipular cualquier parte de la zona donde está el piercing, la pieza y demás instrumentos a usar.
  • Puedes comprar una solución salina o, en caso de mayor comodidad, hacerlo tú mismo. Tan solo debes disolver media cucharada de sal marina (procura que no tenga yodo) en agua destilada. Evita usar el alcohol, ya que este producto en realidad consigue resecar y retrasar la cura de la infección.
  • Dentro de la solución salina sumerge el piercing antes de cambiarlo, si se trata de que vas a cambiar la pieza. Si ya la tienes puesta y lo que deseas es limpiarlo, entonces sumerge un bastón de algodón en la solución y luego, limpia con ello el alrededor del piercing. Descarta el uso de las bolas de algodón y también de las gazas, porque lo que pueden hacer es que se enreden en la pieza y provoque más irritación.
  • Deja que el producto aplicado seque al aire libre. Y, lo más importante, no lo toques. Aunque exista la tentación de rodar el arito, no lo hagas. Mientras menos se mueva y menos lo toques, más rápido va a curar.
  • Debes repetir todo el procedimiento al menos tres veces por día. Debes tener en cuenta que, dependiendo del grado de infección, es que tardará su cura. Por tanto, se necesita total constancia con las limpiezas, para que mejore cada día, un poco más.

¿Cómo evitar las infecciones?

Debes saber que, aunque ya tengas tiempo con el piercing, es posible que surja una infección al azar. Incluso aunque esta ya haya sanado correctamente desde su perforación. Según profesionales de la salud, los piercings o perforaciones no se infectan hasta que transcurren de tres a siete días desde que se cambió la pieza o perforó la piel. Pues, las bacterias también necesitan de cierto tiempo para reproducirse.

La higiene es el principal protagonista ante la prevención de una infección. Mantén con cierta frecuencia la limpieza respectiva del piercing, evitar siempre estar tocando la pieza o la piel donde se encuentra. Evita productos aromáticos y mejor, emplea los neutros. ¿Alguna vez has tenido un piercing infectado?

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